El agua es uno de los recursos naturales más importantes de los que dispone el ser humano. Imprescindible para la supervivencia, se ha convertido en un bien preciado en todos los lugares del mundo, especialmente en aquellos que padecen sequía. La tecnología actual permite convertir el agua no dulce en un producto que podemos consumir. Poco más del 3% del agua que existe en la mundo es dulce. Por eso, las plantas potabilizadoras de agua son un recurso indispensable en nuestras sociedades.
Facilitar el acceso al agua potable es una cuestión de vital importancia en ciertas zonas del planeta, de ahí que las infraestructuras que permiten este acceso sean tan necesarias. Y, precisamente, este es el papel de una planta potabilizadora de agua: procesar el agua no potable para el consumo humano.
Conocidas técnicamente como ETAP (Estación de Tratamiento de Agua Potable), recogen el agua superficial de los ríos, lagos o embalses y la procesan para garantizar que sea apta para el consumo y tenga la calidad suficiente. Los seres humanos necesitamos el agua potable no solo para beber, sino también para muchas actividades diarias. Para las ciudades y municipios, la construcción y mantenimiento de estaciones depuradoras y potabilizadoras es la base de su buen funcionamiento.
Plantas potabilizadoras en España
En España están en funcionamiento cerca de 1.300 plantas potabilizadoras de agua, que generan cada año alrededor de 4.213 hectómetros cúbicos. Estas estaciones crean unos 250 litros de agua potable por persona y día, que se distribuyen tanto en los hogares como en los comercios, oficinas y en las tareas de mantenimiento urbano de las ciudades, como la limpieza y el riego.
Además de las plantas potabilizadoras, existen más de 11.000 depósitos de agua potable, con una capacidad de 31,79 hm³. Estas infraestructuras garantizan la continuidad del suministro, especialmente en los momentos en los que hay picos de consumo.
Ventajas de una planta potabilizadora
Las estaciones potabilizadoras de agua utilizan distintas tecnologías, desde la más convencional hasta la filtración directa, o la filtración en varias etapas. En general, el proceso de potabilización recorre varios pasos: decantación, precipitación, filtrado, cloración y bombeo.
Las plantas potabilizadoras de agua presentan muchas ventajas respecto a otros sistemas. En primer lugar, generan un agua de alta calidad, rica en oxígeno y libre de impurezas. Esta infraestructura también asegura el suministro a las ciudades a largo plazo, sin que sea necesario hacer un tratamiento adicional del agua; sale lista para el consumo. El agua de las potabilizadoras no requiere sustancias adicionales como el cloro o el dióxido de carbono, por lo que es totalmente segura para el consumo humano.
La construcción de estaciones potabilizadoras y su mantenimiento se realizan a través de empresas especializadas en este tipo de infraestructura. Llapasi llevamos tres décadas desarrollando proyectos de plantas de potabilización de agua en la provincia de Alicante, con distintas tecnologías, garantizando siempre el correcto suministro de este bien tan importante a nuestras ciudades.