Las energías renovables marcarán el futuro de nuestras ciudades en las próximas décadas. Ante el crecimiento imparable de la población, el consumo de energía se hará cada vez más con fuentes limpias, respetuosas con el medio ambiente, que supongan un ahorro de costes al ciudadano y mejoren el funcionamiento de las urbes. Estas son las principales fuentes de energías renovables con las que contamos en la actualidad.
Energía Solar
En un país como España, donde gozamos de una radiación solar intensa todo el año, la energía solar es de vital importancia. Tanto si es fotovoltaica, como térmica o termodinámica, es un recurso energético sostenible, limpio e inagotable. La energía solar se puede utilizar para producir electricidad y calor. En nuestro país hay instalada, en la actualidad, una potencia de 4.700 MW, según los datos de Red Eléctrica. Con las nuevas políticas impulsadas en 2018, se espera un auténtico ‘boom’, con proyectos que supondrían otros 27.740 MW.
Energía Eólica
Otra de las fuentes de energías renovables más conocidas es la eólica. Se genera mediante aerogeneradores o molinos de viento, tanto a pequeña escala (energía minieólica), como en grandes instalaciones. Con la eólica se produce energía eléctrica limpia y sostenible. En el primer semestre de 2018, se han producido en España un total de 27.779 Gwh de energía eléctrica a través de los aerogeneradores. Una cifra que va en aumento cada año y que da una pista sobre la importancia que está adquiriendo esta fuente de cara al futuro. España es el segundo país europeo con mayor capacidad eólica, y somos el quinto país que más energía de este tipo consume (un 18,6% del total en 2017).
Energía Hidráulica
La energía hidráulica es la que aprovecha los saltos de agua para obtener electricidad. Es la fuente de energía renovables más utilizada en el mundo, con una capacidad instalada superior a los 1.000 GW. Casi el 20% de la energía que se consume en el mundo proviene de la hidroeléctrica. ES un recurso totalmente limpio, que crea cero emisiones a la atmósfera y con unos costos de producción relativamente bajos. En España se producido, en la primera mitad de 2018, un total de 20.821 Gwh de electricidad hidráulica, lo que significa el 16,9% del total. La central de energía hidráulica más grande del mundo está en China, y es la presa de las Tres Gargantas, con una capacidad de más de 22.000 GW.
Energías Marinas
Las energías marinas son aquellas que aprovechan la energía que lleva el agua del mar de forma natural. La Agencia Internacional de la Energía (IEA) las diferencia cinco tipos: olamotriz, maremotérmica, mareomotriz, de corrientes salinas y de gradiente salino. Depende del proceso de obtención de esta energía, que puede ser de las olas, de la diferencia térmica o de la diferencia en la concentración de sal. También se pueden aprovechar las corrientes de agua para generar energía. Su principal ventaja de la energía marina es que es una energía a gran escala, ya que hay que tener en cuenta que el 70% del planeta Tierra está cubierto por agua del mar. Es todavía un recurso energético en desarrollo, pero la UE apuesta firmemente por él, y ya ha invertido más de 120 millones de euros esta década en proyectos de I+D para las energías marinas.
Energía Geotérmica
¿Sabías que también se puede extraer energía del calor que se almacena bajo la superficie de la Tierra? Se trata de la energía geotérmica, una de las menos conocidas, pero muy interesante. El calor interno del planeta sirve para obtener electricidad y calor, dependiendo del tipo de instalación y de la profundidad desde donde se saca el calor. Los romanos ya la utilizaban en sus famosas termas naturales. En países como Islandia, esta fuente de energía renovable tiene mucha importancia. Su ventaja principal es que es completamente limpia, no produce contaminación y permite el reciclaje de residuos. España , donde se calcula que la temperatura media anual del subsuelo puede estar en torno a los 15 ºC, es uno de los países con mayor potencial para este recurso energético.
Bioenergía
La bioenergía aprovecha la materia orgánica, como los residuos de plantas, animales o personas, para obtener energía sostenible. Las más conocidas son el biogás, que se extrae de los residuos orgánicos animales, y la biomasa, que se obtiene del procesamiento de materia orgánica agrícola o forestal. Cuando se procesan aceites vegetales o grasas animales, se consigue lo que conocemos como biodiesel y biocarburante. En España se aprovecha sobre todo el stock de madera para producir bioenergía, y se calcula que se podrían llegar a obtener 625.600 toneladas equivalentes de petróleo (TEP).