Las plazas públicas son el corazón de las ciudades, uno de los elementos más importantes de la arquitectura civil y de la organización social. Algunas ágoras del mundo se han convertido en un símbolo histórico, turístico y comercial. Repasamos las plazas más bonitas del mundo. Hay muchas más, pero éstas son las más espectaculares.
Plaza de San Marcos de Venecia
La Piazza, como se le conoce popularmente, es un emblema de la arquitectura pública de Italia. Se inició en el siglo IX para acompañar a la Basílica de San Marcos original. Sus imponentes 180 metros de largo y 70 metros de ancho no dejan indiferente a nadie. Hoy en día, es una visita obligada cuando paseas por la ciudad de los canales. Una de las plazas más bonitas del mundo. Además el templo religioso, a la plaza la adornan el Palacio Ducal y el Campanario de la basílica, que está justo a un lado de ella. La Plaza de San Marcos es el lugar más bajo de Venecia, y por ello ha sufrido varias inundaciones a lo largo de su historia. Pero “el salón más bello de Europa”, como lo llamó Napoleón, resiste el paso del tiempo como una de las obras civiles más importantes del continente.
Staromestké Namesti en Praga
La Plaza de la Ciudad Vieja es el corazón del casco antiguo de Praga. Un espacio que inspira romanticismo, símbolo de la arquitectura románica y gótica. Staromestké Namesti acoge la iglesia de San Nicolás, la iglesia de Nuestra Señora de Tyn y el Palacio Kinsky. Pero, sin duda, el elemento más famoso de esta plaza es el reloj astronómico, conocido en todo el mundo y visitado por millones de personas cada año. Además, en el centro de la plaza se puede visitar ella estatua de Jan Hus, el reformador religioso Jan Hus que fue quemado vivo por sus creencias. Las celebraciones de Año Nuevo son especiales en Staromestké Namesti, algo que hay que vivir un a vez en la vida.
Plaza de España en Roma
La gran escalinata de la Plaza de España de Roma ha protagonizado películas, libros y todo tipo de historias. Una lugar que nadie puede perderse cuando visita la capital italiana. Sentarse en sus escalones a tomar un helado mientras disfrutas de los puestos de flores y de la Fontana della Barcaccia, es una delicia. A la plaza la corona la gran Barcaccia de Bernini al fondo. Si te atreves a subir sus 135 peldaños, llegarás a la la iglesia de Trinità dei Monti. La Plaza de España es una ejemplo de la arquitectura civil del siglo XVII al servicio de la cuidad y los ciudadanos, una entorno precioso que le da un toque de magia a Roma. Por todo esto está considerada una de las plazas más bonitas del mundo.
Grand-Place de Bruselas
Es el corazón de Bruselas, tanto a nivel geográfico, como histórico y comercial. Un ejemplo de cómo las plazas públicas pueden convertirse en el lugar donde se concentra toda la actividad y la historia de una ciudad. La Grand-Place es un lugar de encuentro para el arte, el turismo, las celebraciones públicas y la política. Allí se encuentran ell Ayuntamiento de Bruselas, la Casa del Rey, las Casas de los Gremios, y otros muchos edificios públicos. En verano, las flores inundan la plaza creando una de las vistas más bonitas que pueden verse en Europa, y en invierno, las luces y el mercado de Navidad la convierten en un espacio mágico.
Plaza Roja de Moscú
Imponente y cautivadora. Así es la Plaza de Roja de la capital rusa, el símbolo de Moscú. Por algo es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Tiene 330 metros de longitud y 70 metros de ancho, con una superficie total de más de 23.000 metros cuadrados. En su centro, uno de los edificios más impresionantes que existen: la Catedral de San Basilio. Sus cúpulas colores, que asciende al cielo en diferentes alturas, la convierten en un monumento espectacular. Dentro puede visitarse el Museo de Lenin, uno de los puntos de encuentro de turistas más concurrido de Moscú. Data de finales del S. XV y junto a ella se encuentra la sede del poder político de Rusia: el Kremlin.
Plaza Mayor de Salamanca
Si hay un explanada española que no puede faltar en esta lista de las plazas más bonitas del mundo, esa es la Plaza Mayor de Salamanca. Un conjunto barroco perfectamente diseñado y construido, con una armonía muy lograda. Fue construida entre 1729 y 1756, y en ella destacan los arcos de medio punto y el Ayuntamiento. Y, sobre todo, sus vistas por la noche. Con sus luces encendidas, la plaza se torna en un lugar mágico. Es un lugar con mucha vida, muy frecuentado por todos los salmantinos y los turistas, que acoge lugares emblemáticos como el café en el que el escritor Miguel de Unamuno se inspiraba para sus obras.
Plaza de la Concordia de París
La Place de la Concorde de París guarda en su memoria episodios tan importantes para Europa como la revolución francesa. Se terminó de construir en 1779, y fue bautizada como Plaza de Luis XV. Después de la época revolucionaria, pasó a tomar su nombre actual. Todos los momentos históricos más importantes de la ciudad han tenido lugar en esta emblemática plaza. Hoy en día, es un lugar de paso obligado cuando visitas la capital francesa. Ver el obelisco egipcio de Luxor que la preside, con más de 3.000 años de antigüedad, es una experiencia inolvidable. Majestuosa, romántica y con unas vistas maravillosas al río Sena.
Registan en Samarkanda
Registán en Uzbekistán es una de las maravillas arquitectónicas de Asia. Sin duda, una de las plazas más bonitas que pueden verse en el mundo. Está rodeada de tres enormes madrasas de azulejos y unas cúpulas de color azul turquesa que sobrecogen a todo el que las contempla. Sus minaretes y sus imponentes puertas siguen como testigos del tiempo. Esta plaza ha sido un punto de encuentro de varios continentes a lo largo de la historia. Por Registán pasaban todos los caminos de la Ruta de la Seda que unía Asia con Europa, y allí se concentraba todo el conocimiento de la zona. Por eso, podemos decir que esta plaza tiene un sentido público y una importancia enormes para toda Asia Central.